El fuego prescrito es una técnica de gestión del paisaje que utiliza el fuego de forma controlada y planificada para alcanzar objetivos específicos de gestión de recursos y de protección contra incendios rurales. Al igual que una receta médica, el uso del fuego prescrito se planifica y ajusta cuidadosamente en función de las necesidades y condiciones del 'paciente': el paisaje.

Una Analogía Médica

Imagina que un técnico de incendios prescritos es como un médico y el paisaje es el paciente. Al igual que un médico examina a un paciente, el técnico evalúa el estado del paisaje teniendo en cuenta factores como la cantidad de combustible disponible (vegetación seca, por ejemplo), el tiempo atmosférico y la topografía. Este proceso de análisis da lugar a un diagnóstico del estado de salud del paisaje.
A partir de este diagnóstico, el técnico prescribe un 'tratamiento' detallado en un documento oficial denominado Plan de Quema Prescrita (Plano de Fogo Controlado, en Portugal), que funciona como una 'receta médica'. Este plan especifica cómo debe aplicarse el fuego: las condiciones ideales, la 'dosis' adecuada (intensidad, periodicidad y repetición del fuego) y el periodo o estación apropiados para el tratamiento. El objetivo es aplicar el fuego de forma que beneficie al paisaje y sus hábitats, fomentando la renovación de los ecosistemas y reduciendo el riesgo de incendios.

Fuego Prescrito como Vacuna para el Paisaje

El fuego prescrito puede compararse a una vacuna para el paisaje. En un ambiente en el que el 'sistema inmunitario' del paisaje está debilitado - debido a la despoblación, al envejecimiento de la población, a la pérdida de usos tradicionales y de ocupación del suelo y al aumento de la carga de combustible disponible - el fuego prescrito actúa como una forma de reforzar la resiliencia del paisaje. El fuego prescrito reduce la exposición del paisaje a los riesgos del cambio climático y reduce el impacto de los daños causados por los incendios, haciendo que el paisaje sea más resiliente.

Otros Tratamientos y la Importancia del Fuego Prescrito

Aunque existen otros métodos de gestión del combustible, como la trituración de arbustos (manual o mecánica) y los tratamientos químicos, a gran escala se prefiere a menudo el fuego prescrito por su eficiencia y eficacia. No obstante, la elección del tratamiento adecuado depende de las condiciones específicas del paisaje, como la cantidad y el tipo de combustible, la vulnerabilidad a los incendios rurales y otras actividades económicas disponibles en el territorio.

Una Tradición Ancestral

Mucho antes de que existieran los modernos técnicos de fuego prescrito, desde el Neolítico, los seres humanos han utilizado conscientemente el fuego para gestionar los recursos y, en consecuencia, el paisaje. Durante generaciones, observando los efectos del fuego, las comunidades rurales de Europa han comprendido la importancia de utilizar el fuego en la gestión sostenible de sus recursos y como herramienta «sanadora» del paisaje. Estos «sanadores» ancestrales -nuestros pastores- utilizaban el fuego para cuidar la tierra, una práctica que aún hoy se refleja en la técnica del fuego prescrito.
En definitiva, el fuego prescrito es una técnica moderna, pero enraizada en prácticas ancestrales, que busca proteger y revitalizar los paisajes mediante el uso planificado y responsable del fuego, promoviendo una gestión sostenible y adaptativa de los ecosistemas.
 

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